domingo, 6 de mayo de 2012

Resumen Danto:


EL FIN DEL ARTE SEGÚN ARTHUR C. DANTO

(José Luis Nuño Viejo)



En este texto, Danto explica de dónde viene la idea del fin del arte y de la narrativa del arte. Contrasta la época de la Modernidad, Postmodernidad, Contemporaneidad y Conciencia Posthistórica. Habla de la estética y la crítica del arte dentro de la historia del arte. Opina que debemos realizar una reconsideración y reinterpretación del arte. A la vez que presenta una analogía entre la filosofía y el arte. Todos estos conceptos enmarcados en la segunda mitad el S. XX, en la cual se produjo una revolución en la forma de interpretar el arte.


Danto opina que el concepto de arte y de artista emerge a partir del año 1.400 d.C. en la conciencia general de las personas. Fue cuando se produjo un cambio en cómo miramos y valoramos las imágenes y las obras que tenemos alrededor. Pero actualmente, habla del fin del arte, no de la muerte del arte. Es cuando el arte comienza a presentar una historia, un progreso con un principio y un fin, una narrativa en la que la propia obra cuenta algo. El arte, según lo entendíamos antiguamente, ha llegado al fin de su desarrollo, y ahora se mueve en un plano de conciencia diferente, es decir, concebimos el arte de otra manera distinta a como lo hacíamos históricamente. Por tanto, si la definición ha cambiado, también debería cambiar el nombre que le damos: no arte, sino otra cosa. El nuevo plano de conciencia en el estado Posthistórico es el ahora del S. XXI.
Pasamos entonces a una era Posthistórica en la que existen numerosos caminos para la producción artística, (el todo vale del presente). Ahora las definiciones antiguas en relación al arte ya no valen para definir y explicar el nuevo arte de la Postmodernidad. Todo cambia, todo evoluciona, incluso los conceptos mas arraigados en nuestra memoria.


Danto expone una analogía entre la filosofía y el arte. El paso de la filosofía antigua a la moderna fue cuando Descartes introdujo el concepto del yo, de mirar el mundo que nos rodea subjetivamente. En el arte pasa lo mismo, el arte premoderno representaba el mundo tal cual es (mímesis), mientras que el arte moderno representa el mundo tal cual lo ve el yo de cada individuo (representación). Según Greenberg, el cambio fue que antes la representación era lo más importante mientras que ahora queda en segundo plano, importa más la interpretación.

En el arte premoderno, cada estilo artístico aparece como una forma de rebelión contra el anterior, hasta que apareció el Modernismo (con Van Gogh o Gauguin según Danto), en el cual se asciende a un nuevo nivel de conciencia: ya no solo se copia el mundo, sino que es más importante hacer una representación de él, fijándose en lo que sentimos o en como lo representamos (estética de la obra o características técnicas). La Modernidad significa estrategia, estilo y acción (idea, concepto y proceso).

“En la narrativa moderna, el arte va más allá de su límite: o no es parte de la historia, o es una regresión a alguna forma anterior del arte”. Es decir, que el arte moderno está fuera de lugar, es o anterior, o posterior, está fuera de todo lo concebible hasta el momento. No se llega a saber que se está haciendo arte moderno hasta que los artistas se miran retrospectivamente y comprenden que están haciendo algo nuevo. Lo mismo ocurrió en la antigüedad, se producía arte, pero hasta que no se pensó sobre ello no se definió como arte (año 1.400 d.C.)

Ahora bien, el arte moderno es otra etapa más, con las características que definen a los estilos o periodos del arte. Pero el arte contemporáneo tiene una estructura de producción nunca vista antes en la historia del arte. Este cambio se produjo entre los años 60 y 80. El arte contemporáneo es el arte Posthistórico y se distingue por ser incapaz de señalar una dirección narrativa. A partir del año 1962 cuando surge el expresionismo abstracto, muchos estilos se suceden con velocidad (campo de color en pintura, abstracción geométrica, neorrealismo francés, pop, minimalista, arte povera, nueva escultura, arte conceptual, pattern&decoration, neoexpresionismo). Recientemente no hay normas que sigan un estilo concreto. “La productividad experimental sin ninguna dirección narrativa especial es la norma”.
Toda esta agitación hizo que los artistas accedieran a un nuevo nivel de conciencia: ya no hay diferencia entre una obra de arte y una cosa cualquiera (cajas de Warhol). Además, la obra de arte no tiene por qué ser algo físico, puede ser una idea (arte conceptual), por lo que ya no se podría enseñar el arte con ejemplos. Cualquier cosa podría ser una obra de arte y, para saber qué es el arte, habría que pasar de la experiencia sensible (lo que vemos y tocamos), a la experiencia del pensamiento (las ideas), por lo tanto, habría que volver a la filosofía. Aquí Danto propone entender el arte con paralelismos en la filosofía.

En el estado Posthistórico, el arte ha ascendido a la reflexión filosófica. Es la era del fin del arte. El arte nos invita a pensar sobre él, no para producir más arte, sino para conocerlo realmente. En los 60 se hizo de todo, hasta que estallaron los límites, y el arte mismo hizo que se reflexionara sobre él. “La pregunta filosófica sobre la naturaleza del arte surgió dentro del arte”, y ésta marcó el fin del Modernismo.


Antes del año 1.400 d.C. las imágenes no eran admiradas estéticamente, no eran concebidas como arte. Con la Modernidad, la estética fue introducida en el sentido del arte. Y Danto considera que con la llegada del fin del arte, la estética deja de ser parte de la esencia del arte. Pero su teoría del fin del arte también convive con la idea de que pueda seguir existiendo arte, y así lo manifiesta el comienzo del arte Posthistórico desde los años 60. La diferencia es que la crítica del arte Posthistórico es diferente a la del arte histórico.

La Modernidad fue la era de los manifiestos, que definen un tipo de movimiento y estilo. Los movimientos artísticos de la Modernidad se basaban en verdades filosóficas del arte, cada movimiento se apoyaba en una filosofía. La edad de los manifiestos introdujo la filosofía en la producción artística, y ésta filosofía consistía en una definición de la verdad del arte.

Con el fin de la Modernidad, se puso fin a los manifiestos y los artistas y el mundo del arte accedieron a un nuevo nivel de conciencia, a la verdadera naturaleza del arte. Según Hegel, antes el arte era una necesidad vital y producía una satisfacción plena. Ahora nos produce un disfrute inmediato y un juicio u opinión, estudiamos al obra de arte. “El arte nos invita a la contemplación reflexiva, pero no con el fin de producir nuevamente arte, sino de conocer científicamente lo que el arte es”.

Para Danto, el verdadero descubrimiento filosófico es que no hay un arte mas verdadero que otro, el arte no debe ser de una sola manera, todo arte es igualmente e indiferentemente arte. Y el Pop marco el fin de la gran narrativa del arte occidental al sacar a la luz la autoconciencia de la verdad filosófica del arte. La pregunta acerca de la esencia del arte vino en el momento adecuado de la historia, en la que se pudo llegar a pensar en una definición filosófica en la que todo tipo de arte tiene cabida (arte puro, ilustrativo, decorativo, figurativo, abstracto, antiguo, moderno, oriental, occidental, primitivo, no primitivo). Es el “todo vale” de la nueva concepción del arte. Ha llegado un punto en la historia en que hay tanto y de todo tan diferente que innovar es difícil. Por lo que en el arte pasa igual, y todo lo que se produce como arte, es considerado arte.
A partir de este punto, ya no hay direcciones artísticas que pueda tomar el arte, sino que hay infinitas posibilidades, “el arte puede ser lo que quieran los artistas y los patrocinadores”, en definitiva, el que tiene dinero decide lo que es arte y lo que no, se convierte entonces en mercado.

La nueva crítica propulsa que no hay un arte más verdadero o más real que otro (al contrario de lo que proponían los manifiestos). Un mundo pluralista del arte requiere una crítica pluralista del mismo. La crítica ya no depende de una narración histórica, de algo que ya se haya dicho anteriormente o de unas ideas ya establecidas sobre un estilo o una obra determinada; sino que hay que tomar cada obra en sus propios términos, las obras son individuales y así hay que valorarlas.

En la pluralidad de la época Posthistórica en la que vivimos, el artista no se limita a un canal creativo o a un solo medio de expresión (pintura, escultura, fotografía, video, performance, instalación, películas, música, libros, etc.), incluso reinterpreta y usa estilos y obras artísticas tradicionales. Este pluralismo marca el fin del arte e instaura conversaciones artísticas que no llegan al mismo fin o propósito.


Llegados a este punto, el concepto de museo y galería deben de reinterpretarse. En la Posthistoria ya no es necesaria la existencia de un objeto para que exista arte, por lo que el museo y las galerías ya no son esencialmente importantes para que exista arte y se difunda. Tendrán que acoplarse a esta nueva forma de entender el arte, evolucionar y modificarse. El artista, las prácticas de la historia del arte y la estética filosófica también deben evolucionar, “sólo así será posible que el arte desborde los estrechos límites del museo y las galerías, penetre en la materia de nuestras vidas y transforme y perfeccione la realidad del mundo”.

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